miércoles, 19 de noviembre de 2008

La noche de la luz (basado el hechos reales)

Hora: 2:37 a.m 
Día: Lunes 17 de noviembre de 2008
Lugar: carretera de salida de Galapagar (Sierra Norte de Madrid)

Volvía rumbo a casa. La noche era estrellada y como única compañía la radio, donde se escuchaba música de otro tiempo mejor. Conducía con precaución, no había prisa y disfrutaba del viaje.

Todo iba bien hasta que descubrió a lo lejos unas luces que le indicaban que parase: era un control de policía... durante unos segundos, se le pasó por la cabeza la posibilidad de dar positivo si se trataba de hacer la prueba de alcoholemia.

¿Cuánto he bebido está noche?...  poco ¿verdad?, ¿y si doy positivo? estas y otras muchas preguntas iban golpeando su cabeza mientras paraba el coche en el arcén y bajaba la ventanilla.

- Buenas noches - saludó el policía - Control rutinario, ¿me puede mostrar los papeles del coche?
- Claro - obedeció y apagó el motor.
- ¿Puede apagar el motor? - ordenó.
- Ya está apagado... - contestó enseñando la tarjeta del coche que daba fe de ello.
- Bien... - dijo, sin estar demasiado convencido.

En ese preciso momento actuó como suponía que se debía de actuar en estas situaciones: sobreactuando. Con una tranquilidad inusitada abrió la guantera, sacó los papeles y se los entregó al agente. Este, apuntando con la linterna, a pesar de estar debajo de una farola que hacía que se viese con perfección, revisó los papeles...

- ¿El permiso de conducir?
Lo buscó en la cartera, se lo dio. En ese momento se acerco una compañera, la soltó un codazo de complicidad y asintiendo, ambos le miraron...
- ¿A usted le hemos parado otras veces ¿verdad?
- No, creo que se equivocan...
- ¿Seguro?
- Sí, además es la primera vez que me paran en un control...
- Pues su cara me es familiar
- No sé, no soy de aquí
- ¿De donde es? 
- De Madriz (con zeta)
- Ya... pues se parece usted mucho.

Silencio. En ese momento fue a sacar los papeles del seguro, encontró el recibo del banco pero tardo en localizar el resto de los documentos solicitados.
- No sé preocupe - dijo el policía, esperando que la búsqueda fuese infructuosa.
- Espere, aquí están - suspiró con alivio tras un minuto que había durado una hora.
El agente revisó los papeles y pareció encontrar por fin el error que llevaba buscando toda la noche.
- ¿Y esto de Groupama que tiene que ver con el RACC?
- El RACC se encarga de buscar la aseguradora que mejor precio me puede hacer - respondió con rapidez.
El agente le miró de soslayo y el gesto no era precisamente amistoso. Pasaron unos segundos y desapareció. Mientras, él esperaba con ganas de volver a la carretera y alejarse de ese lugar.

Cuándo parecía que todo había acabado, reapareció el agente con cara de "crimen resuelto, te hemos pillado hijo de puta".
- ¿Y esta cruz? - sonrió para sus adentros.
Duda, no sabe a que se refiere... el corazón se le acelera ¿habrá algo en el seguro que me pueda traer complicaciones?. Con un imperceptible temblor en las manos cogió los papeles que le mostraba la autoridad. Busca con la vista esa equis que podía crucificarle y una vez localizada, reconocida e identificada, se recrea en lo que va a contestar...
- Está equis marca que el seguro internacional del coche no me cubre en Irak - "touché" pensó para sus adentros.
El policía se dió por vencido, esta noche vuelve a dejar suelto al criminal que cree que tiene entre sus manos.
- Puede marchar - comenta con resignación
- Buenas noches - se despide, mientras vuelve a subir la ventanilla, introduce la tarjeta y arranca el coche.
 "Adiós" se dice, mientras vuelve a la carretera rumbo a casa, con las estrellas en el cielo, acompañado de la música de un tiempo mejor y con una sonrisa de oreja a oreja en el asiento de copiloto.

1 comentario:

Erküa dijo...

Como se nota la gente que trabaja con las palabras.
Voy a usar mis palabras: 1+1=2, con esto está dicho todo.