martes, 27 de enero de 2009

Siete Almas

Por qué: Es de estas cosas que sólo te preguntas cuando la estás viendo... En realidad me apetecía ver el tipo de película que me planteaba con un Will Smith intensísimo en un papel serio influyendo sobre las vidas de siete extraños para enmendarse. Una especie de Conde de MonteCristo en busca de la redención en lugar de la venganza...

¡DIOS SANTO SANTÍSIMO! (Va a haber spoilers, así que quien no quiera leer, que no lea)

Bueno, el planteamiento está claro y es el que decíamos ayer. La película comienza con un tipo (Smith) con la vida destrozada, avisando de su suicidio para que venga a buscarle. Y nos vamos para atrás. En flashazos destinados a que entiendas sin entender, vemos una especie de accidente, alguien que muere, Will Smith como recaudador de Hacienda que investiga la vida de varias personas con la ayuda de algunos colaboradores, la típica secretaria que le debe favor y su amigo blanco que cuando habla con él siempre le dice lo poco que quiere hacer lo que Smith le está obligando a hacer... Y allá que nos vamos.

Más flashazos y tienes claro que el accidente provocó la muerte de alguien que quería y de otros más (bueno, lees por ahí que son siete los muertos si le pones un poco de atención) y Smith que sigue ahora a una chica que está en el hospital por tener problemas del corazón, que debe 60.000 euros a Hacienda y que está buenísima (todo sea dicho de paso).

El caso es que se enamora de ella mientras a un entrenador que sale un segundo le da algo que nunca recordaremos (ni él), un pianista ciego pulula dos veces por la pantalla y a una mujer maltratada y a sus dos hijos les jode la vida regalándole una estupenda y enorme casa en la playa cuyo mantenimiento le va a salir por un ojo de la cara.

Pero Smith va conociendo a la chica. Y a pesar de su cara de lelo (que es la que le sale cuando se pone supuestamente serio), se enamora de él lo suficiente como para explicarle que ella tiene una enfermedad congénita del corazón y que nunca podrá hacer esfuerzos porque está destinada a morirse.

A todo esto, con muy poca atención que prestemos, ya sabemos que Smith está tratando de quitarse de enmedio, y eso debe ser lo que le enamora de la tía. Porque parece tener más ansias de morirse que él. Para empezar le cuenta que trabaja haciendo tarjetas impresas con imprentas antiguas. La que menos le obliga a pedalear un fuelle con fuerza, la que más es una pedazo de palanca que ni yo podría mover (y ese trabajo lo eligió cuando tenía una enfermedad congénita, pero no sólo eso, qué tipo de tarjetas hará si la piba debe 60.000 euros a Hacienda).

Lo mejor es que además, el guionista (que a estas alturas ya sabemos que es un paquete de cuidado y que la película le importa más bien poquito) le coloca un perro enorme con la excusa de que se lo ha comprado porque duran siete años de vida (¿cogen el guiño?) y resulta que la gracia está en que el perro la lleva casi a rastras obligándola a hacer casi más esfuerzo que las dos imprentas juntas, pero claro, como es gracioso verla tironeada por el perro con Will Smith y su cara continua de lerdo al lado...

Pero va lo mejor. Porque cuando crees que ya no puedes más. Te explican el personaje protagonista. Por si no te habías enterado y para llenar la media hora de película que queda. Te dicen que su regalo a los que quedan son órganos de su cuerpo (al pianista ciego los ojos, a la chica el corazón, etc.) y por ello quiere suicidarse... ¿Y cómo? No podía ser de una forma normal porque el guionista, muerto de aburrimiento que una historia que no le ha interesado lo más mínimo, quiere dar al público un sorprendente giro final.

Llena una bañera de agua con hielos y ni corto ni perezoso, coge una medusa (lo juro) supervenenosa - te lo habían contado antes, pero como sin darle importancia, vamos que casi no te das cuenta de que la cuña del bicho era para eso - y se mete con ella en la bañera. Por suerte, la ambulancia está avisada (cinco minutos repetidos de relleno) y el hielo hace que los órganos no se estropeen.

Bueno, si el veneno no los estropea, porque suponiendo cómo funciona un veneno (te pica, pasa por el corazón y de allí al torrente sanguíneo lo que implica cerebro, pulmones, estómago, ojos, corazón y por supuesto hígado), todos los donantes estarán muertos en cuanto les pongan los órganos, peor eso ya es otro embolao que al guionista, al director y al Smith ese, ni le iba ni le venía...

Genial, vamos, como la de En busca de la felicidad. Espero que sea trilogía, porque la siguiente fijo que no me la pierdo.


Más: http://www.imdb.com/title/tt0814314/

1 comentario:

estibaliz dijo...

Menos mal que hay alguien con criterio para poner a parir este peliculón! Cuando acabó no sabía si cortarme las venas o echarme a llorar por perder 2 horas de sueño con esa ... mierda.
Es de los peores guiones que me he echado a la cara (a la par que intentos de actuación dramática). Aprovecho ya para haceros una consulta, me habéis dejado mosca con el entrenador ese del principio al que "Will" le da "algo", éso en mi peli no venía..Podéis explicarme también por qué conoce a los 7?, de dónde coño salen en la peli?, por qué todo empieza cuando le dona un pedazo de hígado a una negrita muy buena...ES UN DESPROPÓSITO COMPLETO!! Y lo único que consigo es cabrearme al recordarla..
Por cierto, yo SI LEO vuestro blog!!